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Es interesante pararse un momento a pensar en aquello que tienen en común
a nivel temático las últimas películas de estreno. Nos daremos cuenta que la
crisis ha llegado a la gran pantalla, y como resultado muchas de las
películas que este blog ha podido reseñar los últimos meses se describen por
algunos puntos en común: hablan de un hombre en constante cambio que discurre
por un mundo perdido, exponen una dimensión de dolor personal o colectivo en
el que el sufrimiento puede expresarse o interiorizarse de mil maneras, y
sobre todo explican la complejidad de la mentalidad y los comportamientos
humanos cuando todo parece desvanecerse.
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Dejamos a la libre imaginación y cinefilia de cada uno citar qué
títulos entrarían dentro de esta corriente.
"Un jour d'été", a priori, no podríamos
incluirla en este grupo por ser un film francés del año 2006 muy poco
conocido fuera de su país y de algunos festivales especializados. Aún así,
parte de lo que explica (el dolor de una madre, un alcalde y un joven tras la
trágica muerte de un chico al caérsele encima una portería mientras jugaba a
fútbol) entronca tanto con el drama sobre la pérdida de un ser
querido, como con el cuento de autoafirmación y descubrimiento (entre
ellos sexual) que recorre parte del reciente queer cinema francés: Donne-moi
la main, Tomboy o Elève libre.
"Un jour d'été" muestra hasta qué punto puede
trastocar la desaparición de alguien el equilibrio de una pequeña comunidad,
para su familia, su círculo de amistades y la administración local.
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Quizás la película ganaría fuerza si tanto la historia como los
personajes tuviesen mayor espacio de crecimiento más allá de ese dolor de
base.
"Un jour d'été" hubiese podido ser otra
historia (la de la negligencia de un ayuntamiento que descuidó las
instalaciones públicas del pueblo... y en parte lo es; la de un amor
homosexual como bálsamo para olvidar un duro trance o como necesidad vital tras
un amor pasado no culminado... y en parte lo es) pero prefiere ser la
historia de un 'estado de ánimo', muy acorde con ese 'dolor cósmico' que
sufría la protagonista de Melancolía pero totalmente a las antípodas de un
cine definido, sólido y personal como el de Von Trier.
"Un jour d'été" atraerá a los espectadores que gusten
de un cine triste (muchos dirán alicaído) cuyo silencio, como mínimo, se
sitúa a las antípodas del culebrón de sobremesa o el dramón exagerado de tomo
y lomo.
Van sobre aviso porque a este blog le encanta el cine
francés con huidas a lo raruno y excéntrico. Ya me contarán...
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